La solución china

Luis Larraín

El año 2012 ha comenzado bien para los mercados mundiales, con índice accionarios subiendo y menor volatilidad, dando cuenta de mayor tranquilidad respecto a las posibilidades de resolver los problemas económicos que vive el mundo desarrollado.

Ojalá se mantuviera esta tendencia, pero uno no puede dejar de señalar que la crisis en la zona euro está muy lejos de resolverse. La buena conducción del BCE, los nuevos gobernantes de Italia, España y Grecia y la buena voluntad de los líderes de los países de la región son todos datos alentadores, pero no hay realmente una salida clara para varias de las economías europeas. El excesivo endeudamiento, el colapso de sus sistemas de bienestar y el estancamiento de su capacidad productiva siguen allí.

En varios países estamos ante un problema de liquidez: los mercados financieros se niegan a financiarlos y en otros además hay insolvencia: no son viables económicamente en el largo plazo. Los mecanismos diseñados al interior de la Comunidad Europea, el BCE y los organismos como el FMI y el Banco Mundial no son suficientes para abordar esta tarea. Los montos de dinero comprometidos hasta ahora son claramente insuficientes para constituir colaterales que sean capaces de devolver la confianza a los mercados financieros en los países afectados.

¿Qué hacer entonces? Bueno, a veces los árboles no dejan ver el bosque. Para resolver un problema de solvencia, la única solución desde tiempos inmemoriales es un traspaso de riqueza. Eso es lo que pasa en todas partes a nivel de las familias, de las empresas, ¿por qué no entonces de los países?
Lo que uno debiera esperar durante este año son masivas transferencias de propiedad de activos desde los países perdedores en esta coyuntura, las naciones de Europa más complicadas, hacia inversionistas provenientes de países y regiones que están en mejor pie en esta coyuntura: China, Corea y otros países asiáticos, Brasil, Rusia y algunas de las naciones productoras de petróleo que están en mejor pie.

Esto ya ha pasado antes y sabemos que en algunas de las ciudades más atractivas del mundo hay muchos propietarios extranjeros que a lo largo del tiempo han ido comprando activos. Pero este traspaso de bienes por decisiones espontáneas, que podríamos llamar de mercado, podría tener esta vez un refuerzo a nivel de los países. En este caso el traspaso sería de flujos financieros y de poder.

La vía para hacer esto es incrementar fuertemente la presencia de China y algunas otras de las naciones “más favorecidas” en los colaterales que se requieren para volver a hacer funcionar los mercados financieros europeos.

¿Estarán China, Corea y otras naciones dispuestas a hacer esto? Hay ciertos indicios de que sí. El economista coreano Choong Yong Ahn en un provocador artículo titulado “¿Puede Asia salvar a la economía mundial que se hunde? y el chino Zhang Yunling en “Fuerza Emergente: China en la Región y en el mundo” lo dicen claramente en publicaciones aparecidas en la revista Global Asia.

Mientras el primero entrega interesantes datos sobre la integración financiera entre los países de Asia y la existencia de tratados y organismos que privilegian la internacionalización, el segundo dice, en relación a la forma como su país puede ayudar a una recuperación en Europa y EEUU, que China inevitablemente tendrá una voz más fuerte en los asuntos regionales y mundiales en el futuro.

¿Estarán dispuestos los europeos y norteamericanos a dar más presencia y poder de decisión a China y otros países similares en los organismos multilaterales de crédito? Probablemente no de buena gana. Pero la necesidad tiene cara de hereje y si no hay más fondos disponibles para resolver sus problemas no tendrán muchas alternativas.

China a su vez tiene también sus tareas que hacer. Además de la decisión de jugar un rol más importante en la economía mundial, debe mejorar la calidad de sus instituciones, incluyendo las del sector financiero. ¿Habrá solución china a los problemas de la economía mundial? El año 2012 puede traer novedades.